Pilar Llanos fue mi profesora mientras cursé la carrera de especialista de nutrición, en la Fundación Barceló de Buenos Aires.
Meticulosa y muy buena pedagoga, ella hacía que podamos abordar la materia en toda su complejidad.
Con ella, no había ninguna duda: la nutrición no se resumía a una historia de «comer lechuga para estar flaca», como se imaginaban muchos profesionales de la época con respecto a esta ciencia. La nutrición representa mucho más que ello, es una ciencia compleja.
Un mundo científico y metodológico alrededor de la nutrición se abría frente nuestro y a nuestro entendimiento.
Con ella, la formulación de Hipócrates: «Que tu alimento sea tu remedio y tu remedio tu alimento», recuperaba todo su sentido.
Una ciencia que desarrolla un lenguaje de entendimiento para que los demás podamos tomar y comprender la sutilidad del método.
Pilar es portadora de ese lenguaje.
Muchas gracias Pilar por ese despertar nutricional.